En el último año, Mendoza revolucionó su propuesta turística. La ineludible visita a las fincas vitivinícolas -que abrieron sus puertas en un fenómeno imparable que ahora también alcanza a San Rafael- este verano se actualiza con actividades que encandilan a los viajeros hedonistas. Alojamiento de diseño, catas inmersivas, spa cinco estrellas, bodegas biodinámicas, cursos a cargo de chefs y enólogos, restaurantes gourmet con espíritu criollo y hasta la oportunidad de elaborar tu propio vino con asesoramiento de expertos. Todo sucede con el encanto de la cultura cuyana, en un territorio donde nada parece imposible. Esta también es una provincia de aventuras, con cabalgatas por los cerros, bajadas rápidas por el Atuel, escalada al volcán Tupungato y más deportes extremos para vivir el verano al máximo. La calidez y la cordialidad mendocinas nos acompañan a lo largo de todo el camino.